Se trata de Marcelino Moya, conocido como el “sacerdote payador”. “Todo Villaguay fue víctima de él”, dijo una de sus víctimas.
El cura Marcelino Moya fue condenado a 17 años de prisión por «corrupción agravada de menores y abuso sexual simple agravado» por hechos ocurridos en Villaguay entre 1992 y 1997.
Moya, a quien le decían le decían “el cura payador” porque tocaba la guitarra y recitaba poemas gauchescos, seguirá en libertad hasta que quede firme la sentencia del Tribunal de Juicio y Apelaciones de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay.
Tras la sentencia, Pablo Huck, uno de los denunciantes y víctima del Moya, dijo que fue «un mensaje de la Justicia de que si estos delitos se denuncian, habrá condena. Se demostró que Moya es culpable y que todo Villaguay fue víctima de él».
Durante el juicio, Huck, de 40 años, expresó que fue abusado al menos dos veces por semana y durante casi dos años en la habitación de Moya, en el primer piso de la parroquia de Villaguay, y cuando lo acompañaba en viajes para realizar tareas religiosas, según informó Clarín.
Huck sostuvo que el fallo «fue contundente porque tres personas con la preparación y capacidad de un juez vieron que Moya es culpable», en referencia a los jueces María Evangelina Bruzzo, Fabián López Moras y Melisa Ríos, que integraron el Tribunal de Juicio y Apelaciones de Concepción del Uruguay.
El juicio oral pero no público comenzó el jueves 21 de marzo y durante dos audiencias declararon las dos víctimas denunciantes, y 17 testigos. Los jueces darán a conocer sus fundamentos el próximo lunes 15 de abril a las 8.30 horas.